miércoles, 3 de junio de 2009

Acciones a tomar en caso de picaduras de animales

Acciones a tomar en caso de picaduras de animales

Insectos

Himenópteros:
Abeja, abejorro, avispa, algunas hormigas.
El veneno que inyectan puede contener histamina, serotonina, hialuronidasa, bradicininas, acido fórmico, etc. La mayoría de estos insectos provocan una reacción local muy limitada en forma de pinchazo doloroso, quemazón, eritema, resolviéndose el cuadro espontáneamente en pocas horas.
En personas hipersensibles puede aparecer edema, crisis bronco espástica, edema de glotis, shock anafiláctico.
Tratamiento: lavado y desinfección de la piel.
En picaduras de abejas extraer el aguijón con pinzas.
Fármacos: antihistamínicos vía oral y glucocorticoides tópicos.
Se prestará atención a la evolución de las picaduras en la cabeza.
Dípteros:
Mosquito, tábano, arañas.
Solo algunas arañas como la Viuda Negra poseen neurotoxinas potentes que producen la liberación de neurotransmisores, en particular acetilcolina.
En la mayoría de los casos los venenos contienen hialuronidasas y otras enzimas.
Tratamiento: sintomático.

Víboras:

Con fines pronósticos y terapéuticos, las mordeduras pueden clasificarse en 4 grados:
Grado 0: ausencia de reacción local; probablemente mordedura de una culebra o de una víbora que no ha inyectado veneno.
Grado 1: edema local moderado con ausencia de manifestaciones generales.
Grado II: reacción local intensa: edema, equimosis, tromboflebitis, con náuseas, vómitos, y alteraciones de la hemostasia.
Grado III: reacción local que desborda la extremidad, con graves manifestaciones generales: rabdomiólisis, fracaso renal agudo, trastornos neurológicos e insuficiencia respiratoria.

Tratamiento:
Comprende una faceta extrahospitalaria, en la que debe realizarse la desinfección de la piel, la extracción de cuerpos extraños y la aplicación de frío local moderado para retrasar la absorción del veneno. La extremidad afectada y el propio enfermo deben mantenerse en reposo. La aplicación de un torniquete o la ampliación de la herida con posterior succión no son recomendables; en cambio la utilización inmediata de un vacuo extractor puede resultar eficaz.
En el centro hospitalario se desinfectará la herida, se revisará la inmunidad antitetánica y se iniciará una antibioticoterapia de amplio espectro (amoxicilina – clavulánico o cefotaxima vía parenteral). Si el paciente es alérgico se administrará ofloxacina oral o vancomicina con amino glucósido por vía parenteral. Si hay signos inflamatorios se debe inmovilizar la extremidad y mantendrá al paciente en reposo. Si existe dolor y prurito: analgesia no salicílica y antihistamínicos. Se observará como mínimo 6 hs. para conocer posible progresión.
Las lesiones de grados II y III requieren un control clínico, hematológico, de la coagulación y la función renal y en los casos graves una terapia con suero antiofídico; éste es un suero heterólogo
que puede provocar una reacción inmunológica inmediata o tardía, por lo que su uso debe estar justificado. Si se decide su utilización, debe practicarse una prueba cutánea y una córtico terapia prolongada.
Los pacientes que requieren suero antiofídico son los que presentan signos locales que progresan con gran intensidad o rapidez, o los que tienen manifestaciones sistémicas: hipotensión, fracaso renal, mal estado general, etc., siendo necesario en todos estos casos una hospitalización durante varios días, hasta que se objetivan signos manifiestos de mejoría.


Culebras:
Su veneno es menos peligroso; el tratamiento es similar al descripto para víboras.
En su mayoría no son venenosas.

Serpientes exóticas:
Existe para algunas especies un suero específico.


Otros:

Medusa:
Tiene un aparato venenoso dotado de un pequeño arpón, que provoca una reacción urticariforme que puede persistir durante varios días. Tratamiento: retirar los restos cutáneos del aparato inoculador por medio de una gasa empapada en alcohol, ya que éste neutraliza el veneno.
Aplicar glucocorticoides tópicos.

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